viernes, 17 de diciembre de 2010

Sobre el fulano "Espíritu de la Navidad"

Monseñor Mario Moronta exhorta durante la primera misa de aguinaldo a reafirmar en navidad que somos hijos de Dios. Y alertó sobre el pecado que se comete con la celebración del fulano espíritu de la navidad.

Han comenzado las misas de aguinaldo en las parroquias de la Diócesis de San Cristóbal. Mons. Mario Moronta, participó este miércoles, en la celebración eucarística de la parroquia Nuestra Señora de Coromoto; allí invitó a los fieles a reflexionar y defender el verdadero sentido de la navidad.

“En estos próximos días terminamos nuestra preparación a una de las fiestas más importantes del año, la Navidad. Para conmemorar al Dios que se hizo hombre. Jesús se hace presente en la humanidad, por una manifestación de su bondad y su misericordia para salvarnos. Por eso se llama Emmanuel, Dios con nosotros para darnos la salvación”.

El Prelado explicó que significa salvación, “consiste en que Dios a través de Jesucristo nos convierte en hijos suyos. Eso es lo más grande que nos ha ocurrido a nosotros, que seamos hijos de Dios. Por eso la navidad es para reafirmar que somos hijos de Dios, que asumimos la invitación para salvarnos siendo mejores cristianos, mejor persona”.

También monseñor Moronta, insistió en que la “Navidad no es una fiesta pagana, debemos luchar para no dejarnos quitar el sentido de la navidad. Pues la publicidad estos días no va destina a nuestro corazón, sino a nuestro bolsillo para que gastemos dinero. Pero no para que abramos nuestro corazón a Cristo. No nos dejemos embaucar por el fulano espíritu de la navidad, que no es cristiano. Es pecado contra el primer mandamiento celebrar eso que llaman espíritu de la navidad. Eso no tiene nada que ver con la navidad”, sentenció el Obispo.

Finalmente el Obispo de San Cristóbal invito a celebrar la navidad con las manifestaciones propias del cristianismo, como las misas de aguinaldo, la novena de navidad, el pesebre, y las manifestaciones de caridad.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

CALENDARIO DE REUNIONES 2011

REUNIONES DE ZONA VI
BENEDICTO XVI
2011
Visita el Blog: http://zona6benedicto16.blogspot.com


Fecha Parroquia sede
11 enero La Sagrada Familia
01 Febrero San Pedro y San Pablo
01 Marzo Corpus Christi
05 Abril Vicaría Jesús de la Misericordia
03 Mayo Vicaría San Lorenzo
07 Junio La Santísima Trinidad
05 Julio San Onofre
06 Septiembre La Sagrada Familia
04 Octubre San Pedro y San Pablo
01 Noviembre Corpus Christi
06 Diciembre Vicaría Jesús de la Misericordia

domingo, 29 de agosto de 2010

Parroquia San Pedro y San Pablo





Con mucho esfuerzo y con empeño la Parroquia San Pedro y San Pablo adelanta sus obras de construccion, Casa Parroquial y Ampliación del templo. Felicitamos a los feligreses que con ánimo siguen adelantando estas obras tan importantes.
Tambien fue importante la compra de bancos de madera.

La casa parroquial

Es importante resaltar que en esta zona pastoral nos habiamos conformado con la asistencia pastoral de sacerdotes foráneos, la primera parroquia de la zona, La Sagrada Familia, tenía casa parroquial, desde allí se atendía toda la zona de Unare. Nunca se había logrado construir ni capillas, ni casas pensando en futura creación de nuevas parroquias. Luego con la creación de la Santísima Trinidad, se construye templo y casa. Hasta allí. Luego San Pedro y San Pablo, Corpus Christi. Es en estos años que se logra construir nuevas casas parroquiales, y templos con forma de Iglesia.

Propósitos y Objetivos de una Casa Parroquial:

Una casa Parroquial puedo ofrecer a la comunidad todos los beneficios que conllevan la permanencia de su párroco en la zona, la seguridad y comodidad que le ofrece el tener otros servicios comunitarios.

Revestimiento y Acabados

En los revestimientos a ser utilizados se emplearán frisos lisos en paredes con pinturas de primera calidad, baldosas de cerámicas en pisos y baldosas de porcelana en paredes de baños y área de la cocina. Puertas de madera entamboradas con marcos metálicos, ventanas de aluminio tipo romanilla, piezas sanitarias de color. Cualquier otra descripción relativa a los acabados dependerá de los materiales adquiridos por el propietario al cual se le brindará toda la asesoría necesaria para su aplicación.

viernes, 20 de agosto de 2010

Misa zonal celebración del 111 Aniversario de la Consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento




El sábado 10 de julio de 2010, las parroquias Santísima Trinidad, La Sagrada Familia, San Pedro y San Pablo, Corpus Christi y San Lorenzo, celebramos juntos en las instalacones del Club Sutralum, el 111 aniversario de Consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento del Altar, actividad que por 3er año consecutivo realizamos, para valorar la presencia del Señor Jesucristo. vivo entre nosotros. Luego de la misa tuvimos un momento de adoración, oración y cantos de alabanzas, para finalizar con la procesión y bendición final.

sábado, 10 de julio de 2010

Homilía Misa de 111 Aniversario de la Consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento de la Eucaristía

Puerto Ordaz, Polideportico Vanalum, Sábado 10 de Julio 2010.

El día 2 de Julio de 1899, Venezuela en una solemne misa de Acción de Gracias en la Catedral de Caracas, se consagra al Santísimo Sacramento del Altar. En esta tarde más que recordar, celebramos el 111 aniversario de la Consagración de la República de Venezuela al Santísimo Sacramento de la Eucaristía, en estos años, no diferente, a los que le tocó vivir a la Iglesia, Pueblo de Dios en este país, al comienzo de la Evangelización, seguimos adelante con Jesús.

Saludamos a los hermanos que se congregan en esta memorable fecha para venerar al Dios de la Vida que asume la condición sacramental de la Eucaristía para presentarse como remedio a nuestra vida, nuestras limitaciones y nuestra necesidad de trascender al Amor auténtico, Jesús Sacramentado. A los hermanos de las parroquias de la Santísima Trinidad… Sagrada Familia… San Pedro y San Pablo… Corpus Christi y San Lorenzo…

Por ello necesitamos de Jesús en la Eucaristía más que nunca, para saciar nuestra sed de justicia y de verdad, ante tanta indiferencia y signos de violencia, entre los hermanos. Necesitamos devolver el camino de la humanidad al Encuentro con Dios.
El cristiano sabe que en la Eucaristía está la mayor verdad de la Iglesia, está el mejor momento celebrativo, está la mayor concentración de sanación y liberación. Tenemos que recordar que lo que celebramos es la Presencia Real de Jesucristo, Señor de la Historia.

Recordemos las palabras de los Obispos de Venezuela con motivo del Año de la Eucaristía 2005: “Al recibir el Cuerpo del Señor, el cristiano entra en comunión con Él, es decir, en la unión más íntima con Dios que es posible en este mundo. El Señor mismo, el Creador de cielos y tierra, viene a nosotros en la forma humildísima del pan y del vino consagrado, para que nosotros, recibiéndolo con fe, vivamos de su vida, caminemos en su presencia y gustemos anticipadamente la alegría del banquete del reino. Para cada fiel cristiano, la recepción de la Eucaristía se convierte en un "proyecto de vida", es decir, un modo de ser fundamentado en las actitudes del mismo Jesucristo, que se ofreció a sí mismo por nosotros (Cf. Fil 2, 5-8). Dentro de este contexto se ponen de relieve las actitudes de obediencia a la Palabra, oblatividad, sacrificio, comunión y solidaridad.

La Iglesia vive de la Eucaristía, que encierra en síntesis el núcleo de su ser. En este sacramento ve realizada la promesa del Señor: "Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28, 20). La presencia de este divino Sacramento ha marcado, desde sus inicios, los días de la Iglesia, llenándola de esperanza. La Iglesia apostólica se nos presenta como modelo de comunidad eucarística, pues los fieles "se reunían asiduamente para escuchar la enseñanza de los apóstoles y participar en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones" (Hch 2, 42).

La Misa, ofrecida por el sacerdote y participada por los demás fieles, es nuestra oración más sublime, la más gozosa acción de gracias, anticipo de la gloria celestial, alimento que fortalece a los cristianos y causa de la unidad y de la fraternidad de la Iglesia. Por eso el Concilio Vaticano II enseña que el Sacrificio eucarístico es "fuente y cima de toda la vida cristiana". Con el Santo Sacrificio de la Misa, al hacer presente el único sacrificio de Cristo, la Iglesia incluye la ofrenda de sí misma. Ella ha de encontrar la razón y el vínculo de su unidad más sólida en la celebración eucarística” (1).

En nuestra hermosa patria, los españoles evangelizadores, para inculcar en el ánimo del pueblo la fe en la presencia real, promovieron expresiones populares como los Diablos danzantes, que han llegado a ser un elemento integrante de la cultura y el folklore en varias regiones del país. La costumbre de llevar la Eucaristía a los enfermos y el Viático a los moribundos tiene en muchos lugares un sentido y solemnidad profundos, con ornato especial no exento de belleza y devoción.

En este sentido desde ese comienzo de nuestra evangelización en 1498, se educó a los cristianos en el amor y la devoción al Santísimo Sacramento. El día del Corpus Christi es solemnizado habitualmente con la procesión por las calles y los "altares" arreglados por familias e instituciones. Se acostumbra dar gran relevancia al "Monumento" del Jueves Santo, como una manera de honrar la Eucaristía en el día de su institución. En muchas parroquias se celebran cada año las Cuarenta Horas, y de forma periódica otros modos de adoración al Santísimo Sacramento. Existen desde el siglo XVI cofradías del Santísimo en diversas ciudades de Venezuela.

Durante el siglo XIX se incrementó con fuerza el culto y adoración a la Eucaristía, que culminó con la consagración de la República al Santísimo Sacramento, y en 1907 con el I Congreso Eucarístico Nacional. A mediados del siglo XX las diócesis y los movimientos de apostolado promovieron campañas para la comunión pascual, sobre todo entre los varones adultos, que con frecuencia descuidaban la recepción de este sacramento.

A finales del siglo XIX, después de la difícil situación que debió afrontar la Iglesia durante la Independencia y la primera época republicana, y en vista de las nuevas perspectivas que se vislumbraban, surgió la iniciativa de consagrar la República al Santísimo Sacramento. El culto a Jesús sacramentado estaba teniendo entonces gran incremento, especialmente desde la fundación de la adoración perpetua en la Iglesia de Las Mercedes, en Caracas, en 1882.

Pero el principal propulsor de la consagración oficial fue el Pbro.
Juan Bautista Castro, capellán de la Santa Capilla, hombre ilustre por
muchos títulos y más tarde Arzobispo de Caracas. Para preparar este
homenaje fue constituida una Junta Nacional, la cual solicitó del
Episcopado Nacional, que consagrara a perpetuidad la República a Jesús
Sacramentado. Esta petición fue unánimemente acogida por los Obispos, y
así, el 2 de julio de 1899 el Arzobispo de Caracas, Mons. Críspulo
Uzcátegui, leyó por sí y en nombre de todos el Acto de la Consagración.

A mediados del siglo XX las diócesis y los movimientos de apostolado promovieron campañas para la comunión pascual, sobre todo entre los varones adultos, que con frecuencia descuidaban la recepción de este sacramento.

Momento de singular trascendencia fue la firma del Convenio entre la Sede Apostólica y la República de Venezuela, instrumento jurídico por medio del cual se ha regulado la relación Iglesia – Estado desde 1964 hasta nuestros días.

Hay que recordar la vida y obra de Monseñor Juan Bautista Castro, venezolano insigne, fue quien promovió la Consagración.

Monseñor Juan Bautista Pedro Alcántara del Rosario Castro Cuevas, nació en Caracas el 19 de octubre de 1846. Fueron sus padres el Sr. Bruno Castro y la Sra. María Casimira Cuevas de Castro, quienes murieron
dejándolo huérfano a temprana edad. Niño todavía entró en el seminario bajo la dirección del Pbro. Dr. Nicanor Rivero. Fue ordenado sacerdote en Barcelona, el 25 de diciembre de 1870, fuera de Caracas su origen, debido a que su Obispo Guevara y Lira, fue expulsado del País por el gobernante, Antonio Guzmán Blanco. Regresa a su diócesis caraqueña, donde desempeña diversas actividades pastorales. Fue encarcelado en 1881, por haber llevado públicamente la Eucaristía a un enfermo, actividad pastoral de entre varias prohibidas por Guzmán Blanco.

Su devoción a la Eucaristía se profundizó siendo capellán de la Santa Capilla, donde inició la adoración nocturna. En 1893, proyectó la doble fundación religiosas, una de los sacerdotes misioneros y otra las Religiosas del Santísimo Sacramento, o como se les conoce más, Adoratrices.

El mismo año de la Consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento, fue nombrado por el Arzobispo de Caracas, como Vicario General y provisor de la arquidiócesis, cargo que le tocó desempeñar con aplomo y prudencia, ya que la grave enfermedad del Arzobispo Críspulo Uzcátegui, le impidió gobernar la arquidiócesis. En este cargo logró de manos del nuevo Presidente Cipriano Castro, la reapertura de los seminarios en Venezuela en el año de 1900, cerrados por Guzmán Blanco.

El 28 de octubre de 1903, el cardenal Merry Del Val, comunicó a Mons Castro que el Papa Pio X, le nombraba Obispo coadjutor, con derecho a sucesión.

A su regreso logra celebrar el I Congreso Eucarístico Nacional en 1907, siendo el octavo a nivel mundial y primero americano celebrado. Pero la vida no le daría mayor oportunidad, la de construir su más preciado tesoro, el primer Templo Expiatorio, o del Santísimo Sacramento, que en Caracas lograría Mons Cardenal José Alí Lebrún, en 1981.

También tuvo que testimoniar a Jesús, cuando ocurrió un atentado contra su vida, con el envenamiento, mezclando nitrato de plata en el vino donde consagraba el 18 de febrero de 1906.

Años conflictivos y de profunda fe, rubricaron en Venezuela un amor al ministerio y seguimiento de Jesús.

Pbro Miles Useche
Fuentes:

1.- Carta Pastoral en el año de la Eucaristía. CEV. 11 de enero 2005 en http://www.cev.org.ve/doc_detalles.php?id=14

2.- LUQUE ALCAIDE. 2008. RESEÑA DE EL ARZOBISPO CASTRO A LA SOMBRA REFRIGERANTE DE LA DIVINA EUCARISTÍA (EN LA VENEZUELA REPUBLICANA) DE RAMÓN VINKE. Universidad de Navarra, Pamplona, España. Pp 518-519. http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/355/35517119.pdf

jueves, 8 de julio de 2010

Que nos dice la Iglesia para la administración de la Sagrada Eucaristía


NORMAS SOBRE LA ADMINISTRACIÓN DE LA EUCARISTÍA
Paseando por una revisión del Código de Derecho Canónico que promulga el Papa Juan Pablo II el 25 de enero de 1983, podemos encontrar un apmplio repertorio de normas que tiene la Iglesia Católica en todo el mundo, veamos:

Canon 898.
Tributen los fieles la máxima veneración a la santísima Eucaristía, tomando parte activa en la celebración del Sacrificio augustísimo, recibiendo este sacramento frecuentemente y con mucha devoción, y dándole culto con suma adoración; los pastores de almas, al exponer la doctrina sobre este sacramento, inculquen diligentemente a los fieles esta obligación.

Canon 900.
1. Sólo el sacerdote válidamente ordenado es ministro capaz de confeccionar el sacramento de la Eucaristía, actuando en la persona de Cristo.

Canon 907.
En la celebración eucarística, no se permite a los diáconos ni a los laicos decir las oraciones, sobre todo la plegaria eucarística, ni realizar aquellas acciones que son propias del sacerdote celebrante.

Canon 909.
No deje el sacerdote de prepararse debidamente con la oración para celebrar el Sacrificio eucarístico, y dar gracias a Dios al terminar.

Canon 919.
1. Quien vaya a recibir la santísima Eucaristía, ha de abstenerse de tomar cualquier alimento y bebida al menos desde una hora antes de la sagrada comunión, a excepción sólo del agua y de las medicinas.

Canon 926.
Según la antigua tradición de la Iglesia latina, el sacerdote, dondequiera que celebre la Misa, debe hacerlo empleando pan ázimo.

EL SACRAMENTO DE LA EUCARISTÍA
SESIÓN XIII
Que es la III celebrada en tiempo del sumo Pontífice Julio III en 11 de octubre de 1551. El Sacrosanto Concilio de Trento nos legó.

DECRETO SOBRE EL SANTÍSIMO SACRAMENTO DE LA EUCARISTÍA

Aunque el sacrosanto, ecuménico y general Concilio de Trento, congregado legítimamente en el Espíritu Santo, y presidido por los mismos Legado y Nuncios de la santa Sede Apostólica, se ha juntado no sin particular dirección y gobierno del Espíritu Santo, con el fin de exponer la verdadera doctrina sobre la fe y Sacramentos, y con el de poner remedio a todas las herejías, y a otros gravísimos daños, que al presente afligen lastimosamente la Iglesia de Dios, y la dividen en muchos y varios partidos; ha tenido principalmente desde los principios por objeto de sus deseos, arrancar de raíz la zizaña de los execrables errores y cismas, que el demonio ha sembrado en estos nuestros calamitosos tiempos sobre la doctrina de fe, uso y culto de la sacrosanta Eucristía, la misma que por otra parte dejó nuestro Salvador en su Iglesia, como símbolo de su unidad y caridad, queriendo que con ella estuviesen todos los cristianos juntos y reunidos entre sí. En consecuencia pues, el mismo sacrosanto Concilio enseñando la misma sana y sincera doctrina sobre este venerable y divino sacramento de la Eucaristía, que siempre ha retenido, y conservará hasta el fin de los siglos la Iglesia católica, instruida por Jesucristo nuestro Señor y sus Apóstoles, y enseñada por el Espíritu Santo, que incesantemente le sugiere toda verdad; prohibe a todos los fieles cristianos, que en adelante se atrevan a creer, enseñar o predicar respecto de la santísima Eucaristía de otro modo que el que se explica y define en el presente decreto.

CAP. I. De la presencia real de Jesucristo nuestro Señor en el santísimo sacramento de la Eucaristía.

En primer lugar enseña el santo Concilio, y clara y sencillamente confiesa, que después de la consagración del pan y del vino, se contiene en el saludable sacramento de la santa Eucaristía verdadera, real y substancialmente nuestro Señor Jesucristo, verdadero Dios y hombre, bajo las especies de aquellas cosas sensibles; pues no hay en efecto repugnancia en que el mismo Cristo nuestro Salvador este siempre sentado en el cielo a la diestra del Padre según el modo natural de existir, y que al mismo tiempo nos asista sacramentalmente con su presencia, y en su propia substancia en otros muchos lugares con tal modo de existir, que aunque apenas lo podemos declarar con palabras, podemos no obstante alcanzar con nuestro pensamiento ilustrado por la fe, que es posible a Dios, y debemos firmísimamente creerlo. Así pues han profesado clarísimamente todos nuestros antepasados, cuantos han vivido en la verdadera Iglesia de Cristo, y han tratado de este santísimo y admirable Sacramento; es a saber, que nuestro Redentor lo instituyó en la última cena, cuando después de haber bendecido el pan y el vino; testificó a sus Apóstoles con claras y enérgicas palabras, que les daba su propio cuerpo y su propia sangre. Y siendo constante que dichas palabras, mencionadas por los santos Evangelistas, y repetidas después por el Apóstol san Pablo, incluyen en sí mismas aquella propia y patentísima significación, según las han entendido los santos Padres; es sin duda execrable maldad, que ciertos hombres contenciosos y corrompidos las tuerzan, violenten y expliquen en sentido figurado, ficticio o imaginario; por el que niegan la realidad de la carne y sangre de Jesucristo, contra la inteligencia unánime de la Iglesia, que siendo columna y apoyo de verdad, ha detestado siempre como diabólicas estas ficciones excogitadas por hombres impíos, y conservado indeleble la memoria y gratitud de este tan sobresaliente beneficio que Jesucristo nos hizo.
CAP. II. Del modo con que se instituyó este santísimo Sacramento.

Estando, pues, nuestro Salvador para partirse de este mundo a su Padre, instituyó este Sacramento, en el cual como que echó el resto de las riquezas de su divino amor para con los hombres dejándonos un monumento de sus maravillas, y mandándonos que al recibirle recordásemos con veneración su memoria, y anunciásemos su muerte hasta tanto que el mismo vuelva a juzgar al mundo. Quiso además que se recibiese este Sacramento como un manjar espiritual de las almas, con el que se alimenten y conforten los que viven por la vida del mismo Jesucristo, que dijo: Quien me come, vivirá por mí; y como un antídoto con que nos libremos de las culpas veniales, y nos preservemos de las mortales. Quiso también que fuese este Sacramento una prenda de nuestra futura gloria y perpetua felicidad, y consiguientemente un símbolo, o significación de aquel único cuerpo, cuya cabeza es él mismo, y al que quiso estuviésemos unidos estrechamente como miembros, por meido de la segurísima unión de la fe, la esperanza y la caridad, para que todos confesásemos una misma cosa, y no hubiese cismas entre nosotros.
CAP. III. De la excelencia del santísimo sacramento de la Eucaristía, respecto de los demás Sacramentos.

Es común por cierto a la santísima Eucaristía con los demás Sacramentos, ser símbolo o significación de una cosa sagrada, y forma o señal visible de la gracia invisible; no obstante se halla en él la excelencia y singularidad de que los demás Sacramentos entoncs comienzan a tener la eficacia de santificar cuando alguno usa de ellos; mas en la Eucaristía existe el mismo autor de la santidad antes de comunicarse: pues aun no habían recibido los Apóstoles la Eucaristía de mano del Señor, cuando él mismo afirmó con toda verdad, que lo que les daba era su cuerpo. Y siempre ha subsistido en la Iglesia de Dios esta fe, de que inmediatamente después de la consagración, existe bajo las especies de pan y vino el verdadero cuerpo de nuestro Señor, y su verdadera sangre, juntamente con su alma y divinidad: el cuerpo por cierto bajo la especie de pan, y la sangre bajo la especie de vino, en virtud de las palabras; mas el mismo cuerpo bajo la especie de vino, y la sangre bajo la de pan, y el alma bajo las dos, en fuerza de aquella natural conexión y concomitancia, por la que están unidas entre sí las partes de nuestro Señor Jesucristo, que ya resucitó de entre los muertos para no volver a morir; y la divinidad por aquella su admirable unión hipostática con el cuerpo y con el alma. Por esta causa es certísimo que se contiene tanto bajo cada una de las dos especies, como bajo de ambas juntas; pues existe Cristo todo, y entero bajo las especies de pan, y bajo cualquiera parte de esta especie: y todo también existe bajo la especie de vino y de sus partes.

CAP. IV. De la Transubstanciación.
Mas por cuanto dijo Jesucristo nuestro Redentor, que era verdaderamente su cuerpo lo que ofrecía bajo la especie de pan, ha creído por lo mismo perpetuamente la Iglesia de Dios, y lo mismo declara ahora de nuevo este mismo santo Concilio, que por la consagración del pan y del vino, se convierte toda la substancia del pan en la substancia del cuerpo de nuestro Señor Jesucristo, y toda la substancia del vino en la substancia de su sangre, cuya conversión ha llamado oportuna y propiamente Transubstanciación la santa Iglesia católica.

CAP. V. Del culto y veneración que se debe dar a este santísimo Sacramento.
No queda, pues, motivo alguno de duda en que todos los fieles cristianos hayan de venerar a este santísimo Sacramento, y prestarle, según la costumbre siempre recibida en la Iglesia católica, el culto de latría que se debe al mismo Dios. Ni se le debe tributar menos adoración con el pretexto de que fue instituido por Cristo nuestro Señor para recibirlo; pues creemos que está presente en él aquel mismo Dios de quien el Padre Eterno, introduciéndole en el mundo, dice: Adórenle todos los Angeles de Dios; el mismo a quien los Magos postrados adoraron; y quien finalmente, según el testimonio de la Escritura, fue adorado por los Apóstoles en Galilea. Declara además el santo Concilio, que la costumbre de celebrar con singular veneración y solemnidad todos los años, en cierto día señalado y festivo, este sublime y venerable Sacramento, y la de conducirlo en procesiones honorífica y reverentemente por las calles y lugares públicos, se introdujo en la Iglesia de Dios con mucha piedad y religión. Es sin duda muy justo que haya señalados algunos días de fiesta en que todos los cristianos testifiquen con singulares y exquisitas demostraciones la gratitud y memoria de sus ánimos respecto del dueño y Redentor de todos, por tan inefable, y claramente divino beneficio, en que se representan sus triunfos, y la victoria que alcanzó de la muerte. Ha sido por cierto debido, que la verdad victoriosa triunfe de tal modo de la mentira y herejía, que sus enemigos a vista de tanto esplendor, y testigos del grande regocijo de la Iglesia universal, o debilitados y quebrantados se consuman de envidia, o avergonzados y confundidos vuelvan alguna vez sobre sí.

CAP. VI. Que se debe reservar el sacramento de la sagrada Eucaristía, y llevar a los enfermos.
Es tan antigua la costumbre de guardar en el sagrario la santa Eucaristía, que ya se conocía en el siglo en que se celebró el concilio Niceno. Es constante, que a más de ser muy conforme a la equidad y razón, se halla mandado en muchos concilios, y observado por costumbre antiquísima de la Iglesia católica, que se conduzca la misma sagrada Eucaristía para administrarla a los enfermos, y que con este fin se conserve cuidadosamente en las iglesias. Por este motivo establece el santo Concilio, que absolutamente debe mantenerse tan saludable y necesaria costumbre.

CAP. VII. De la preparación que debe preceder para recibir dignamente la sagrada Eucaristía.
Si no es decoroso que nadie se presente a ninguna de las demás funciones sagradas, sino con pureza y santidad; cuanto más notoria es a las personas cristianas la santidad y divinidad de este celeste Sacramento, con tanta mayor diligencia por cierto deben procurar presentarse a recibirle con grande respeto y santidad; principalmente constándonos aquellas tan terribles palabras del Apóstol san Pablo: Quien come y bebe indignamente, come y bebe su condenación; pues no hace diferencia entre el cuerpo del Señor y otros manjares. Por esta causa se ha de traer a la memoria del que quiera comulgar el precepto del mismo Apóstol: Reconózcase el hombre a sí mismo. La costumbre de la Iglesia declara que es necesario este examen, para que ninguno sabedor de que está en pecado mortal, se pueda acercar, por muy contrito que le parezca hallarse, a recibir la sagrada Eucaristía, sin disponerse antes con la confesión sacramental; y esto mismo ha decretado este santo Concilio observen perpetuamente todos los cristianos, y también los sacerdotes, a quienes correspondiere celebrar por obligación, a no ser que les falte confesor. Y si el sacerdote por alguna urgente necesidad celebrare sin haberse confesado, confiese sin dilación luego que pueda.

CAP. VIII. Del uso de este admirable Sacramento.
Con mucha razón y prudencia han distinguido nuestros Padres respecto del uso de este Sacramento tres modos de recibirlo. Enseñaron, pues, que algunos lo reciben sólo sacramentalmente, como son los pecadores; otros sólo espiritualmente, es a saber, aquellos que recibiendo con el deseo este celeste pan, perciben con la viveza de su fe, que obra por amor, su fruto y utilidades; los terceros son los que le reciben sacramental y espiritualmente a un mismo tiempo; y tales son los que se preparan y disponen antes de tal modo, que se presentan a esta divino altar adornados con las vestiduras nupciales. Mas al recibirlo sacramentalmente siempre ha sido costumbre de la Iglesia de Dios, que los legos tomen la comunión de mano de los sacerdotes, y que los sacerdotes cuando celebran, se comulguen a sí mismos: costumbre que con mucha razón se debe mantener, por provenir de tradición apostólica. Finalmente el santo Concilio amonesta con paternal amor, exhorta, ruega y suplica por las entrañas de misericordia de Dios nuestro Señor a todos, y a cada uno de cuantos se hallan alistados bajo el nombre de cristianos, que lleguen finalmente a convenirse y conformarse en esta señal de unidad, en este vínculo de caridad, y en este símbolo de concordia; y acordándose de tan suprema majestad, y del amor tan extremado de Jesucristo nuestro Señor, que dio su amada vida en precio de nuestra salvación, y su carne para que nos sirviese de alimento; crean y veneren estos sagrados misterios de su cuerpo y sangre, con fe tan constante y firme, con tal devoción de ánimo, y con tal piedad y reverencia, que puedan recibir con frecuencia aquel pan sobresubstancial, de manera que sea verdaderamente vida de sus almas, y salud perpetua de sus entendimientos, para que confortados con el vigor que de él reciban, puedan llegar del camino de esta miserable peregrinación a la patria celestial, para comer en ella sin ningún disfraz ni velo el mismo pan de Angeles, que ahora comen bajo las sagradas especies. Y por cuanto no basta exponer las verdades, si no se descubren y refutan los errores; ha tenido a bien este santo Concilio añadir los cánones siguientes, para que conocida ya la doctrina católica, entiendan también todos cuáles son las herejías de que deben guardarse, y deben evitar.
CÁNONES DEL SACROSANTO SACRAMENTO DE LA EUCARISTÍA
CAN. I. Si alguno negare, que en el santísimo sacramento de la Eucaristía se contiene verdadera, real y substancialmente el cuerpo y la sangre juntamente con el alma y divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y por consecuencia todo Cristo; sino por el contrario dijere, que solamente está en él como en señal o en figura, o virtualmente; sea excomulgado.

CAN. II. Si alguno dijere, que en el sacrosanto sacramento de la Eucaristía queda substancia de pan y de vino juntamente con el cuerpo y sangre de nuestro Señor Jesucristo; y negare aquella admirable y singular conversión de toda la substancia del pan en el cuerpo, y de toda la substancia del vino en la sangre, permaneciendo solamente las especies de pan y vino; conversión que la Iglesia católica propísimamente llama Transubstanciación; sea excomulgado.

CAN III. Si alguno negare, que en el venerable sacramento de la Eucaristía se contiene todo Cristo en cada una de las especies, y divididas estas, en cada una de las partículas de cualquiera de las dos especies; sea excomulgado.

CAN. IV. Si alguno dijere, que hecha la consagración no está el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo en el admirable sacramento de la Eucaristía, sino solo en el uso, mientras que se recibe, pero no antes, ni después; y que no permanece el verdadero cuerpo del Señor en las hostias o partículas consagradas que se reservan, o quedan después de la comunión; sea excomulgado.

CAN. V. Si alguno dijere, o que el principal fruto de la sacrosanta Eucaristía es el perdón de los pecados, o que no provienen de ella otros efectos; sea excomulgado.
CAN. VI. Si alguno dijere, que en el santo sacramento de la Eucaristía no se debe adorar a Cristo, hijo unigénito de Dios, con el culto de latría, ni aun con el externo; y que por lo mismo, ni se debe venerar con peculiar y festiva celebridad; ni ser conducido solemnemente en procesiones, según el loable y universal rito y costumbre de la santa Iglesia; o que no se debe exponer públicamente al pueblo para que le adore, y que los que le adoran son idólatras; sea excomulgado.

CAN. VII. Si alguno dijere, que no es lícito reservar la sagrada Eucaristía en el sagrario, sino que inmediatamente después de la consagración se ha de distribuir de necesidad a los que estén presentes; o dijere que no es lícito llevarla honoríficamente a los enfermos; sea excomulgado.

CAN. VIII. Si alguno dijere, que Cristo, dado en la Eucaristía, sólo se recibe espiritualmente, y no también sacramental y realmente; sea excomulgado.

CAN. IX. Si alguno negare, que todos y cada uno de los fieles cristianos de ambos sexos, cuando hayan llegado al completo uso de la razón, están obligados a comulgar todos los años, a lo menos en Pascua florida, según el precepto de nuestra santa madre la Iglesia; sea excomulgado.

CAN. X. Si alguno dijere, que no es lícito al sacerdote que celebra comulgarse a sí mismo; sea excomulgado.

CAN. XI. Si alguno dijere, que sola la fe es preparación suficiente para recibir el sacramento de la santísima Eucaristía; sea excomulgado. Y para que no se reciba indignamente tan grande Sacramento, y por consecuencia cause muerte y condenación; establece y declara el mismo santo Concilio, que los que se sienten gravados con conciencia de pecado mortal, por contritos que se crean, deben para recibirlo, anticipar necesariamente la confesión sacramental, habiendo confesor. Y si alguno presumiere enseñar, predicar o afirmar con pertinacia lo contrario, o también defenderlo en disputas públicas, quede por el mismo caso excomulgado.


tomado en: "http://amorsanto.ning.com/profiles/blogs/normas-sobre-la-administracion"

El CÓDIGO CANÓNICO DE 1983
Al tiempo que el Papa Juan XXIII convoca el Concilio Vaticano II, anuncia la reforma del Código, que se retrasará a la finalización del Concilio. Muerto Juan XXIII y acabado el Concilio, Pablo VI nombra la comisión reformadora en 1964.

El código mantuvo su naturaleza distinta para ambas iglesias, la latina y la oriental, tal como estaba el de 1917. Los Decretos conciliares habían modificado una parte sustancial del Código de 1917, y los primeros trabajos se dirigieron a la adaptación y derogación de los cánones afectados. Se hicieron consultas a todos los Obispos del mundo y a otros eclesiásticos, así como a todas las facultades de derecho canónico. Se realizaron dos proyectos en 1977 y 1980 que fueron objeto de estudio por canonistas, obispos, cardenales y superiores religiosos. Con todas las reflexiones se efectuó el borrador de 1982. El 25 de enero de 1983, por medio de la Constitución apostólica Sacrae disciplinae leges el Papa Juan Pablo II promulgó el nuevo Código, que entró en vigor el 27 de noviembre del mismo año. Igualmente nombró al nuevo órgano de interpretación del texto, denominado Pontificia Comisión para la interpretación auténtica del Código de Derecho Canónico, con las mismas funciones que tenía la anterior comisión de interpretación. En 1988, mediante la constitución apostólica Pastor Bonus, esta comisión se transformó en el Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, con unas competencias más amplias y articuladas[1]

Paralelamente, con la convocatoria del Concilio Vaticano II se abandonó la codificación oriental y se comenzó una nueva codificación del derecho oriental, que terminó en 1991 con la promulgación del Codex Canonum Ecclesiarum Orientalium, o Código de los cánones de las Iglesias orientales. Este Código viene a completar la codificación en la Iglesia católica, al estar en vigor para las Iglesias sui iuris católicas de rito oriental.

Venezuela Consagrada al Santisimo Sacramento del Altar


El 2 de Julio de 1899, Venezuela en una solemne misa de Acción de Gracias se consagra al Santísimo Sacramento del Altar.

Monseñor Juan Bautista Castro, Venezolano insigne, fue quien promivió la Consagración, veamos primero quien fue Mons Castro:

Monseñor Juan Bautista Pedro Alcántara del Rosario Castro Cuevas, nació en Caracas el 19 de octubre de 1846. Furon sus padres el Sr.
Bruno Castro y la Sra. María Casimira Cuevas de Castro, quienes murieron
dejándolo huérfano a temprana edad. Niño todavía entró en el seminario bajo la
dirección del Pbro. Dr. Nicanor Rivero. Fue ordenado sacerdote por el Arzobispo
Guevara y Lira, cuando éste se dirigía al destierro, en la ciudad de Barcelona,
Estado Anzoátegui, el 25 de diciembre de 1870.

Acto de Consagración de la República de Venezuela
al Santísimo Sacramento

Soberano Señor del Universo y Redentor del mundo, clementísimo Jesús, que por un prodigio inenarrable de tu caridad te has quedado con nosotros en este sacramento hasta el fin de los siglos; aquí venimos a tus pies a proclamarte solemnemente y a la faz del cielo y de la tierra, nuestro único rey y dominador santísimo. A quien consagramos todos nuestros afectos y servicios y a quien ponemos todas nuestras esperanzas. Tú eres nuestro Dios, y no tendremos otro alguno delante de tí, en tus manos ponemos nuestra suerte y con ella los destinos de nuestra patria. Muchos te hemos ofendido, y como el hijo pródigo hemos disipado en los desórdenes tu herencia, perdónanos que ya volvemos con espíritu contrito a tu casa y a tus brazos. Recíbenos, salvador nuestro, y concédenos que venga a nosotros tu reino eucarístico. Levanta bien alto tu trono en nuestra República, a fin de que en ella te veas glorificado por singular manera y sea honra nuestra, de distinción inapreciable, el llamarnos la República del Santísimo Sacramento. Te entregamos cuanto somos y cuanto tenemos cubre nuestra ofrenda con tú mirada paternal y hazla aceptable y valiosa en tú divina presencia. Otra vez te pedimos nos recibas, que no nos deseches, y que este acto de nuestro amor y de nuestra gratitud sea repetido, cada vez con mayor fervor, de generación en generación, mientras Venezuela exista, para que jamás la apartes de tú Sagrado Corazón. Que así sea para nuestra vida del tiempo y después... Por los Siglos de los Siglos. Amén.

2 de Julio de 1899

Desde el comienzo de nuestra evangelización se educó a los cristianos en el amor y la devoción al Santísimo Sacramento…. En muchas parroquias se celebran cada año las Cuarenta Horas, y de forma periódica otros modos de adoración al Santísimo Sacramento. Existen desde el siglo XVI cofradías del Santísimo en diversas ciudades de Venezuela.

Para inculcar en el ánimo del pueblo la fe en la presencia real los evangelizadores promovieron expresiones populares como los Diablos danzantes, que han llegado a ser un elemento integrante de la cultura y el folklore en varias regiones del país. La costumbre de llevar la Eucaristía a los enfermos y el Viático a los moribundos tiene en muchos lugares un sentido y solemnidad profundos, con ornato especial no exento de belleza y devoción.

Desde finales del siglo XIX se incrementó con fuerza el culto y adoración a la Eucaristía, que culminó con la consagración de la República al Santísimo Sacramento, y en 1907 con el I Congreso Eucarístico Nacional.

A mediados del siglo XX las diócesis y los movimientos de apostolado promovieron campañas para la comunión pascual, sobre todo entre los varones adultos, que con frecuencia descuidaban la recepción de este sacramento. A finales del siglo XIX, después de la difícil situación que debió afrontar la Iglesia durante la Independencia y la primera época republicana , y en vista de las nuevas perspectivas que se vislumbraban, surgió la iniciativa de consagrar la República al
Santísimo Sacramento. (DEBEMOS HACER LO MISMO AHORA,
PROMOVER EN NUESTRAS FAMILIAS LA RECONCILIACION –
CONFESION - Y EUCARISTÍA)

El culto a Jesús sacramentado estaba teniendo entonces gran incremento, especialmente desde la fundación de la adoración perpetua en la Iglesia de Las Mercedes, en Caracas, en 1882. Pero el principal propulsor de la consagración oficial fue el Pbro. Juan Bautista Castro, capellán de la Santa Capilla, hombre ilustre por muchos títulos y más tarde Arzobispo de Caracas.

Para preparar este homenaje fue constituida una Junta Nacional, la cual solicitó del Episcopado Nacional, que consagrara a perpetuidad la República a Jesús Sacramentado.

Esta petición fue unánimemente acogida por los Obispos, y así, el 2 de julio de 1899 el Arzobispo de Caracas, Mons. Críspulo Uzcátegui, leyó por sí y en nombre de todos el Acto de la Consagración. Es reconfortante comprobar cómo desde entonces la vida eclesial floreció en Venezuela.

Ello se manifiesta en la creación de nuevas diócesis, así como de seminarios e instituciones educativas de todo nivel, el retorno de las órdenes religiosas y la fundación de institutos femeninos de vida consagrada. Momento de singular trascendencia fue la firma del Convenio entre la Sede Apostólica y la República de Venezuela, instrumento jurídico por medio del cual se ha regulado la relación Iglesia – Estado desde 1964 hasta nuestros días.

Desde entonces hasta hoy, la Iglesia ha realizado la reforma promovida por el Vaticano II, fundó la Conferencia Episcopal Venezolana, y ha planificado sucesivos planes conjuntos de pastoral; han florecido los movimientos laicales y las vocaciones sacerdotales y religiosas.

Muchos frutos de este renacer tienen que ver directamente con el culto al Santísimo Sacramento, a saber: la creación de institutos de vida consagrada con un carisma específicamente eucarístico; la extensión de los movimientos eucarísticos con análoga orientación; la fundación de santuarios para la adoración perpetua en diversos lugares del país; la celebración de los congresos eucarísticos de 1907, 1925 y 1956. El último de estos congresos fue también el II Bolivariano.

Fuente : Conferencia Episcopal Venezolana

LA EUCARISTÍA Y VENEZUELA

a) Aprecio por la Misa. Veneración al Santísimo Sacramento.

11. Como es natural, la celebración eucarística caracterizó la vida de las comunidades cristianas sembradas en el territorio venezolano desde la
llegada del Evangelio. El luminoso paisaje de nuestras playas, montañas
y sabanas, y más tarde humildes capillas de bahareque y paja fueron el
escenario de esas primeras eucaristías. En la ciudad de Coro, primera
sede episcopal de nuestro país, se conserva un monumento a la primera
misa celebrada en su suelo. En la secuencia de cinco siglos se
edificaron templos que acogieron con dignidad las celebraciones
litúrgicas, sobre todo la Misa. "Las celebraciones eucarísticas,
principalmente las dominicales y las festivas, son momentos de gran
participación de la comunidad cristiana: es el acto litúrgico por
excelencia, el más conocido y solicitado, que se une a las fechas y
circunstancias más diversas. Dentro de la vida de las comunidades
cristianas, la celebración de este sacramento se ha visto beneficiada
por distintas iniciativas que facilitan la participación" . La
Eucaristía ha sido origen y estímulo de la vida de fraterna comunión y
caridad de nuestras comunidades. A pesar de la escasez de sacerdotes en
diversas épocas y lugares, no ha disminuido en el pueblo el aprecio por
la Eucaristía y la sed de su celebración. En la actualidad es necesario
promover aún más este fervor eucarístico, que se ve amenazado por
factores adversos.

12. Desde el comienzo de nuestra evangelización se educó a los cristianos en el amor y la devoción al Santísimo Sacramento. El día del Corpus Christi es solemnizado
habitualmente con la procesión por las calles y los "altares"
arreglados por familias e instituciones. Se acostumbra dar gran
relevancia al "Monumento" del Jueves Santo, como una manera de honrar
la Eucaristía en el día de su institución . En muchas parroquias se
celebran cada año las Cuarenta Horas, y de forma periódica otros modos
de adoración al Santísimo Sacramento. Existen desde el siglo XVI
cofradías del Santísimo en diversas ciudades de Venezuela. Para
inculcar en el ánimo del pueblo la fe en la presencia real los
evangelizadores promovieron expresiones populares como los Diablos
danzantes, que han llegado a ser un elemento integrante de la cultura y
el folklore en varias regiones del país. La costumbre de llevar la
Eucaristía a los enfermos y el Viático a los moribundos tiene en muchos
lugares un sentido y solemnidad profundos, con ornato especial no
exento de belleza y devoción. Desde finales del siglo XIX se incrementó
con fuerza el culto y adoración a la Eucaristía, que culminó con la
consagración de la República al Santísimo Sacramento, y en 1907 con el
I Congreso Eucarístico Nacional. A mediados del siglo XX las diócesis y
los movimientos de apostolado promovieron campañas para la comunión
pascual, sobre todo entre los varones adultos, que con frecuencia
descuidaban la recepción de este sacramento.

13. Existe en Venezuela la costumbre de solemnizar con la exposición del Santísimo y el canto del himno Te Deum fechas históricas de la República, como
acción de gracias o súplica en fiestas patrias, en el comienzo de un
nuevo período de gobierno, así como en la superación de calamidades o
desgracias públicas. Aún hoy, pese al cambio de la sensibilidad social,
se conserva en muchos lugares esta costumbre, que señala con un acto de
fe las efemérides o las necesidades públicas. En ocasión de ciertas
solemnidades se suele entonar el Himno Nacional después de la
consagración.

b) Venezolanos que se destacaron por su devoción eucarística.

14. El pueblo cristiano ha participado siempre con alegría y sencillez en la celebración eucarística y ha cultivado la devoción al Santísimo
Sacramento. En este particular se han destacado ayer y hoy muchos
connotados católicos. Es conocida la acendrada piedad eucarística de la
Madre María de San José, primera beata venezolana. Ella decía que
prefería cualquier sufrimiento a verse privada un solo día de la
comunión. De manera semejante, muchos clérigos, religiosos y laicos nos
han dejado ejemplo luminoso de amor a Jesús sacramentado, entre los
cuales puede mencionarse al Venerable Dr. José Gregorio Hernández, a
los grandes prelados Juan Bautista Castro, Arzobispo de Caracas
(fundador de la Congregación de Siervas del Santísimo Sacramento),
Salvador Montes de Oca, Obispo de Valencia y Arturo Celestino Álvarez,
Obispo de Calabozo, así como a la Madre Carmen Rendiles, la Madre
Emilia de San José, la Madre Candelaria y muchos otros.

15. El Libertador, al igual que la mayoría de nuestros próceres, fue educado en la religión católica y en el aprecio de sus enseñanzas e
instituciones. De ello dio suficiente prueba durante sus campañas
militares y sobre todo en sus años de estadista. El Diario de
Bucaramanga, obra de Perú de Lacroix, narra detalladamente la vida de
Bolívar durante un breve período (desde el 2 de mayo hasta el 26 de
junio de 1828). Por ese Diario consta que el Libertador no dejó pasar
un solo domingo, durante esos meses, sin asistir a la Misa.

c) La Eucaristía en el arte y en la literatura.

16.No podía dejar de manifestarse la devoción eucarística en la composición de Misas y piezas musicales destinadas a honrar al Señor sacramentado,
como son diversos motetes e himnos, obra de nuestros compositores
antiguos y modernos. José Ángel Lamas, Juan de Meserón, Vicente Emilio
Sojo, Evencio Castellanos, Pedro Nolasco Colón y Juan Bautista Plaza
son estrellas de esta constelación de la música sacra venezolana. Sus
obras son parte del tesoro musical venezolano, que se ha ido
acrecentando a lo largo de los siglos, y que sigue enriqueciéndose con
nuevas composiciones.

17. De modo semejante, los artistas plásticos han encontrado en la Eucaristía un tema inagotable para sus obras, al representar no sólo las escenas evangélicas relacionadas con
este sacramento (multiplicación de los panes, Última Cena...) sino
también momentos importantes de la vida eucarística de los fieles, como
la celebración de la Misa, la primera comunión, el viático o las
procesiones con el Santísimo Sacramento. Tenemos deuda de gratitud para
Arturo Michelena, Cristóbal Rojas, Tito Salas, Cruz Armando Fagúndez,
varios pintores anónimos coloniales y los pintores populares
contemporáneos.

18. Nuestros literatos, clérigos y laicos, han dedicado piezas memorables de poesía y prosa a ensalzar el misterio eucarístico, o a poner de relieve las sencillas costumbres de nuestro
pueblo con respecto al Sacramento del Altar. En esta galería de divinas
palabras para la Eucaristía vemos a Cecilio Acosta, el Pbro. Carlos
Borges, Andrés Eloy Blanco, Ana Enriqueta Terán y Mons. Luis Eduardo
Henríquez Jiménez.

d) Venezuela, país consagrado al Santísimo Sacramento.

19. A finales del siglo XIX, después de la difícil situación que debió afrontar la Iglesia durante la Independencia y la primera época
republicana , y en vista de las nuevas perspectivas que se
vislumbraban, surgió la iniciativa de consagrar la República al
Santísimo Sacramento. El culto a Jesús sacramentado estaba teniendo
entonces gran incremento, especialmente desde la fundación de la
adoración perpetua en la Iglesia de Las Mercedes, en Caracas, en 1882.
Pero el principal propulsor de la consagración oficial fue el Pbro.
Juan Bautista Castro, capellán de la Santa Capilla, hombre ilustre por
muchos títulos y más tarde Arzobispo de Caracas. Para preparar este
homenaje fue constituida una Junta Nacional, la cual solicitó del
Episcopado Nacional, que consagrara a perpetuidad la República a Jesús
Sacramentado. Esta petición fue unánimemente acogida por los Obispos, y
así, el 2 de julio de 1899 el Arzobispo de Caracas, Mons. Críspulo
Uzcátegui, leyó por sí y en nombre de todos el Acto de la Consagración.

20. Es reconfortante comprobar cómo desde entonces la vida eclesial floreció en Venezuela. Ello se manifiesta en la creación de nuevas
diócesis, así como de seminarios e instituciones educativas de todo
nivel, el retorno de las órdenes religiosas y la fundación de
institutos femeninos de vida consagrada. Momento de singular
trascendencia fue la firma del Convenio entre la Sede Apostólica y la
República de Venezuela, instrumento jurídico por medio del cual se ha
regulado la relación Iglesia – Estado desde 1964 hasta nuestros días.
Desde entonces hasta hoy, la Iglesia ha realizado la reforma promovida
por el Vaticano II, fundó la Conferencia Episcopal Venezolana, y ha
planificado sucesivos planes conjuntos de pastoral; han florecido los
movimientos laicales y las vocaciones sacerdotales y religiosas. El
Santo Padre nos ha visitado en dos ocasiones, presidiendo
multitudinarias celebraciones de la Eucaristía nunca vistas.
Actualmente se lleva a cabo en nuestro país el Concilio Plenario
Nacional, con cuyas orientaciones la Iglesia en Venezuela espera
adentrarse en el III Milenio cristiano.

21. Muchos frutos de este renacer tienen que ver directamente con el culto al Santísimo Sacramento, a saber: la creación de institutos de vida consagrada con
un carisma específicamente eucarístico; la extensión de los movimientos
eucarísticos con análoga orientación; la fundación de santuarios para
la adoración perpetua en diversos lugares del país; la celebración de
los congresos eucarísticos de 1907, 1925 y 1956. El último de estos
congresos fue también el II Bolivariano.
Tomado en: http://amorsanto.ning.com/profiles/blogs/02-de-julio-consagracion-de

lunes, 28 de junio de 2010

Corpus Christi 2010




Este año la Cuasiparroquia Corpus Christi, celebro su fiesta patronal, con un hermoso día de sol radiante. Jóvenes animaron los cantos, animaron la procesión y todos acompañamos a Jesús Eucaristía, por las calles de Core 8.
Imploramos a Dios que nos ayude a ser una comunidad orante, que se abra al servicio, que este disponible al hermano, que Dios nos ayude a sensibilizar a los demás. Que Dios nos bendiga con su Paz, contra los momentos de asesinatos de jóvenes y violencia intrafamiliar.

martes, 8 de junio de 2010

Las piedras grandes primero


En estos dias ando pensando, en nuestra parroquia, como lograr un signo, que nos ayude a pensar más en comunidad, en el conjunto, en el todo, la globalidad de la parroquia, y dejar de pensar en la individualidad. Estamos logrando crear la conciencia de PARROQUIA.

Quisiéramos aprender a establecer las prioridades, pero entre tantas necesidades, se nos hace cuesta arriba. Es como lograr pasar de lo uno, lo mio a lo nuestro, aprender a establecer las prioridades.

Un signo que nos ayude a descubrir en el Proyecto de Renovación Diocesana, sus etapas de sensibilización y fraternidad, vemos como en algunas parroquias han podido pasar las fases, y como otros, nos hemos quedado rezagados.

Todo depende de Evangelizar con santidad. El mejor proyecto de acción pastoral es aquel que logre la santidad de la persona. No estamos descubriendo el agua tibia, es la opción fundamental de la persona cristiana.

Entonces pensemos en nuestra celebración parroquial la del 6 de junio 2010, la gran solemnidad de la Iglesia de Corpus Christi. Hemos recorrido en una hermosa procesión los sectores, y en ella los jóvenes de 4a etapa nos regalaron una interpretación de Monseñor Romero, recreando el momento de la Santa Misa, donde lo asesinaron, entonces pensamos en El Cuerpo Y Sangre de Jesús, inmolado por nosotros y para redención de la humanidad. Esto es un signo evidente de avance en la fase de sensibilización. Porque los jóvenes nos evangelizaron este soleado día. En la procesión entregaron unos volantes con citas bíblicas, le pidieron a la señora Betty que les fotocopiara unas hojas, ellos la recortaron y en vez de flores regadas en las calles de Core 8, regaron el Evangelio a los transeúntes por toda la procesión. Cuando llegamos a la Iglesia Corpus Christi, dieron una excelente representación. En pocas palabras, "se botaron" con el vestuario, y demostración de motivación a todos nosotros de organización y de todo lo bueno que pueden dar a la comunidad.

Los no tan jóvenes, planificaron la ruta, establecieron las paradas (altares), y prepararon todo, eso demuestra que si se puede ser una comunidad que quiere ser fraterna.

Los hermanos que prepararon la Liturgia, los que arreglaron el sitio con las cortinas blancas y amarillas. Los del ministerio de música de Las Amazonas, que ensayaron sus cantos y vinieron a poner su don al servicio del Señor, para Gloria suya. Los monitores y lectores, todos lo que tienen parte en la caridad para ofrecer a todos una celebración digna del Cuerpo y Sangre de Cristo.

Esto para un párroco emociona, anima y ayuda a seguir adelante, es por ello que les quiero ofrecer esta reflexión de "Primero, lo primero", establecer primero lo más importante, lograr descubrir lo que se debe conquistar primero. Es decir que la fase de sensibilización está caminada y debemos recorrer los signos de fraternidad, descubriendo que somos una parroquia y no tres grandes sectores.

Todavía nos queda mucho camino que recorrer, sobre todo el de la construcción de lazos sinceros de fraternidad, donde la dignidad del otro sea respetada, donde aprendamos sobre todo saber escoger las prioridades.

Quiero hacer una reflexión a partir de las meditaciones que nos brindó el Padre Raniero Cantalamessa, en el retiro sacerdotal de Caracas en mayo pasado. Tomamos el texto de “Siervos y amigos de Jesucristo” (http://www.cantalamessa.org/es/predicheView.php?id=318)

En primer lugar, las "piedras grandes"

"Al igual que en Dios toda la obra exterior de la creación mana de su vida íntima, "del incesante flujo de su amor", y así como toda la actividad de Cristo mana de su diálogo ininterrumpido don el Padre, del mismo modo todas las obras del sacerdote deben ser la prolongación de su unión con Cristo. "Como el Padre me ha enviado, así los envío yo", también significa esto: "Yo he venido al mundo sin separarme del Padre, ustedes vayan al mundo sin separarse de mí".

Cuando se interrumpe este contacto, sucede como en una casa, cuando se va la electricidad y todo se detiene y queda a oscuras, o, en el caso del agua corriente, cuando los grifos dejan de dar agua. A veces se escucha: ¿cómo quedarnos tranquilos rezando cuando tantos necesitados reclaman nuestra presencia? ¿Cómo no correr cuando se está quemando la casa? Es verdad, pero imaginemos lo que le sucedería a un equipo de bomberos que acudiera, con las sirenas encendidas, a apagar un incendio y, al llegar al lugar, se diera cuenta de que no tiene ni una gota de agua. Es lo que nos sucede cuando corremos a predicar o a ejercer otros ministerios vacíos de oración y de Espíritu Santo.

He leído una historia que me parece que se aplica de manera ejemplar a los sacerdotes. Un día, un anciano profesor fue invitado como experto para hablar sobre la planificación más eficaz del propio tiempo a los ejecutivos de grandes compañías estadounidenses. Decidió hacer un experimento. De pie, sacó de debajo de la mesa un gran jarrón de cristal vacío. Tomó después una docena de piedras del tamaño de pelotas de tenis que depositó con cuidado, una por una, en el jarrón hasta llenarlo. Cuando ya no había espacio para otras piedras, preguntó a los alumnos: "Creen que el jarrón está lleno?", y todos respondieron: "¡sí!".

Se agachó de nuevo y sacó de debajo de la mesa una caja llena de grava que derramó encima de las grandes piedras, moviendo el jarrón para que la grava pudiera penetrar entre las piedras grandes hasta llegar al fondo. "Ahora, ¿se ha llenado?", preguntó. Con más prudencia, los alumnos comenzaron a comprender y respondieron: "Quizá no todavía". El anciano profesor se agachó de nuevo y esta vez sacó un saco de arena, que derramó en el jarrón. La arena llenó los espacios entre las piedras y la grava. Preguntó nuevamente: "Ahora, ¿está lleno el jarrón?". Y todos, sin pensarlo dos veces, respondieron: "¡No!". El anciano tomó una garrafa que se encontraba en la mesa y derramó el agua hasta llenar el jarrón.

Entonces, pregunta: "¿Cuál es la gran verdad que nos muestra este experimento?". El más atrevido respondió: "Demuestra que, aunque nuestra agenda esté totalmente llena, con algo de buena voluntad siempre se puede añadir algún compromiso, algo más por hacer". "No", respondió el profesor. "Lo que demuestra el experimento es que si no se meten en primer lugar las piedras gruesas en el jarrón después no podrán entrar". "¿Cuáles son las grandes piedras, las prioridades de nuestra vida? Lo importante es poner estas grandes piedras en el primer lugar de nuestra agenda?".

San Pedro indicó de una vez por todas cuáles son las grandes piedras, las prioridades absolutas, de los apóstoles y de sus sucesores, obispos y sacerdotes: "nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la Palabra" (Hechos 6, 4).

Nosotros, sacerdotes, más que cualquier otro, estamos expuestos al peligro de sacrificar lo importante por lo urgente. La oración, la preparación de la homilía o de la misa, el estudio y la formación, son cosas importantes, pero no urgentes; si se aplazan, en apariencia, no se hunde el mundo, mientras que hay muchas cosas pequeñas --un encuentro, una llamada por teléfono, un trabajito material-- que son urgentes. De este modo, se acaba aplazando sistemáticamente lo importante a un "después" que nunca llega.

Para un sacerdote, poner en primer lugar en el vaso las grandes piedras puede significar concretamente comenzar la jornada con un tiempo de oración y de diálogo con Dios, de manera que las actividades y los diferentes compromisos no acaben ocupando todo el espacio".

A ésto queridos hermanos es lo que nos tenemos que dedicar con insistencia a la Oración, al encuentro íntimo con el Dios de la Vida. De esta manera, nuestro trabajo será fecundo, porque primero nuestra vida se a llenado de Dios. Lo demás se logra por simple fuerza humana.

Entonces dediquémonos a la oración y mi persona como sacedote a los sacramentos, y todos oremos por nuestra parroquia, creemos que de sesa manera nos sensibilizaremos a establecer las prioridades de nuestra Iglesia.
Como bien expresa la canción: "Juntos como hermanos"

Pbro Miles Useche

martes, 1 de junio de 2010

La Solemnidad de Corpus Christi


A) ¿Qué es la Eucaristía?
La Eucaristía es la consagración del pan en el Cuerpo de Cristo y del vino en su Sangre que renueva mística y sacramentalmente (es decir realmente) el sacrificio de Jesucristo en la Cruz. La Eucaristía es Jesús real y personalmente presente en el pan y el vino que el sacerdote consagra. Por la fe creemos que la presencia de Jesús en la Hostia y el vino no es sólo simbólica sino real; esto se llama el misterio de la transubstanciación ya que lo que cambia es la sustancia del pan y del vino; los accidente—forma, color, sabor, etc.— permanecen iguales.
La institución de la Eucaristía, tuvo lugar durante la última cena pascual que celebró con sus discípulos y los cuatro relatos coinciden en lo esencial, en todos ellos la consagración del pan precede a la del cáliz; aunque debemos recordar, que en la realidad histórica, la celebración de la Eucaristía ( Fracción del Pan ) comenzó en la Iglesia primitiva antes de la redacción de los Evangelios.
Los signos esenciales del sacramento eucarístico son pan de trigo y vino de vid, sobre los cuales es invocada la bendición del Espíritu Santo y el presbítero pronuncia las palabras de la consagración dichas por Jesús en la última Cena: "Esto es mi Cuerpo entregado por vosotros... Este es el cáliz de mi Sangre..."
B) Encuentro con Jesús
Necesariamente el encuentro con Cristo Eucaristía es una experiencia personal e íntima, y que supone el encuentro pleno de dos que se aman. Es por tanto imposible generalizar acerca de ellos. Porque sólo Dios conoce los corazones de los hombres. Sin embargo sí debemos traslucir en nuestra vida, la trascendencia del encuentro íntimo con el Amor. Resulta lógico pensar que quien recibe esta Gracia, está en mayor capacidad de amar y de servir al hermano y que además alimentado con el Pan de Vida debe estar más fortalecido para enfrentar las pruebas, para encarar el sufrimiento, para contagiar su fe y su esperanza. En fin para llevar a feliz término la misión, la vocación, que el Señor le otorgue.

Si apreciáramos de veras la Presencia real de Cristo en el sagrario, nunca lo encontraríamos solo, únicamente acompañado de la lámpara Eucarística encendida, el Señor hoy nos dice a todos y a cada uno, lo mismo que les dijo a los Apóstoles "Con ansias he deseado comer esta Pascua con vosotros " Lc.22,15. El Señor nos espera con ansias para dársenos como alimento; ¿somos conscientes de ello, de que el Señor nos espera el Sagrario, con la mesa celestial servida.? Y nosotros ¿ por qué lo dejamos esperando.? O es que acaso, ¿ cuando viene alguien de visita a nuestra casa, lo dejamos sólo en la sala y nos vamos a ocupar de nuestras cosas.?
Eso exactamente es lo que hacemos en nuestro apostolado, cuando nos llenamos de actividades y nos descuidamos en la oración delante del Señor, que nos espera en el Sagrario, preso porque nos "amó hasta el extremo" y resulta que, por quien se hizo el mundo y todo lo que contiene (nosotros incluidos) se encuentra allí, oculto a los ojos, pero increíblemente luminoso y poderoso para saciar todas nuestras necesidades.
C) ¿Cuándo comenzó la fiesta del Corpus?
El origen de esta Solemnidad que se celebra el jueves o el Domingo[2] posterior a la fiesta de la Santísima Trinidad, se remonta a la devoción al Santísimo Sacramento que se dio en el siglo XII en la cual se resaltaba de manera particular la presencia real de «Cristo total» en el pan consagrado. Este movimiento estaba también vinculado al deseo, propio de la época, de «ver» las especies eucarísticas. Esto llevó, entre otras cosas, a comenzar a elevar la hostia y el cáliz después de la consagración. Esta práctica se inició en la ciudad de Paris alrededor del año 1200.
En medio de este ambiente, una serie de visiones de una religiosa cisterciense, Santa Juliana (priora de la abadía de Mont Cornillón que quedaba a las afueras de Lieja en Bélgica), en el año 1209, dio un fuerte estímulo a la introducción de una fiesta especial al Sacramento de la Eucaristía. Juliana habría tenido la visión de un disco lunar en el cual había una parte negra. Eso fue interpretado como la falta de una fiesta eucarística en el ciclo litúrgico. Por su intercesión y la de sus consejeros espirituales, el obispo de Lieja, Roberto de Thorete, introdujo esta fiesta, por primera vez en su diócesis en el año 1246.
El año 1264, el Papa Urbano IV (Jacques Pantaleón), que en la época de las visiones era archidiácono de Lieja, estableció la solemnidad para la Iglesia universal. Los textos litúrgicos fueron redactados por Santo Tomás de Aquino. Sin embargo la causa inmediata que determinó a Urbano IV establecer oficialmente esta fiesta fue un hecho extraordinario ocurrido en 1263 en Bolsena, cerca de Orvieto, donde se encontraba ocasionalmente el Santo Padre. Un sacerdote que celebraba la Santa Misa tuvo dudas de que la Consagración fuera algo real. Al momento de partir la Sagrada Forma, vio salir de ella sangre de la que se fue empapando en seguida el corporal. La venerada reliquia fue llevada en procesión a Orvieto el 19 junio de 1264. Hoy se conservan los corporales – donde se apoya el cáliz y la patena durante la Misa - en Orvieto, y también se puede ver la piedra del altar en Bolsena, manchada de sangre.

viernes, 14 de mayo de 2010

REUNIÓN PARA LA CREACIÓN DEL CONSEJO DIOCESANO DE PASTORAL


Estimados Hermanos y Hermanas´

La Vicaria de Pastoral y el Edap , exhortan a todas las parroquias y vicarias de la diocesis de Cd. Guayana a que elijan un representante del Consejo Parroquial de Pastoral (CPP) o del Equipo Parroquial de Animacion Pastoral (EPAP), para que formen parte del Consejo Diocesano de Pastoral.(CDP), que se reunira el sábado 29 de Mayo en la parroquia Jesucristo Resucitado de 8:30 am a 1:00 pm.

CONSEJO DIOCESANO DE PASTORAL
El Consejo Diocesano de Pastoral, es una estructura creada y recomendada por el Concilio Vaticano II, el Código de Derecho Canónico, define la naturaleza, los fines y las funciones de este organismo de corresponsabilidad.

¿Qué es el Consejo Diocesano de Pastoral?

«El Consejo Diocesano de Pastoral es un organismo eclesial de comunión y consulta, presidido por el Obispo, y compuesto por los fieles, en plena comunión con toda la Iglesia local. Está formado por sacerdotes, miembros de los Institutos de vida consagrada y de sociedades de vida apostólica y, sobre todo, por laicos, que representan toda la porción del pueblo de Dios que constituye la diócesis».

El Consejo Diocesano de Pastoral es, por lo tanto, un organismo permanente de participación del Pueblo de Dios, en la elaboración de l as propuestas pastorales, sean estas globales o parciales.
Su finalidad «es estudiar y valorar, bajo la autoridad del Obispo, lo que se refiere a las actividades pastorales de la diócesis, y sugerir conclusiones prácticas sobre ellas, a fin de promover la vida y los actos del pueblo de Dios con el Evangelio».
Son funciones del Consejo Diocesano de Pastoral:

• Analizar la situación de la Diócesis en su realidad global y en sus aspectos particulares
• Elaborar la propuesta del plan diocesano de pastoral
• Elaborar propuestas relacionadas con aspectos o asuntos particulares de la situación de la diócesis
• Hacer estudios sobre temas particulares importantes para la vida y misión de la iglesia, ofreciendo las conclusiones de los mismos a quien corresponda
• propiciar el encuentro, el diálogo y la conjunción de las diversas instituciones y miembros del pueblo de Dios, desde una clave de corresponsabilidad eclesial.

• El estudio, la programación, la ejecución y la evaluación de distintas acciones pastorales son también características esenciales de su identidad y misión.

Como siempre contamos con su colaboración.
Que Maria Inmaculada les bendiga.

VIGILIA DE ORACIÓN POR LA PAZ


Muy estimados hermanos, de acuerdo con la programación de pastoral diocesana, para conmemorar el primer mes de la partida del padre Esteban, se ha planificado una vigilia de oración y misa, el próximo 29 de mayo a partir de las 5 pm. Queremos informar que se pide a todas las parroquias de la ciudad la participación efectiva a esta actividad.

Se agradece en la medida de las posibilidades, enviar mas de 100 feligreses. Al menos dos autobuses.

El horario que se está programando es el siguiente:

Sábado 29 de mayo 2010. Av Paseo caroni, frente a la Catedral

5:30 pm - 6:30 pm Acogida y cantos
6:30 - 7:30 pm Notivación testimonial, videos y cantos
7:30 - 8:00 pm Oración
8:00 Misa
9:00 Despedida

REUNIÓN DE AGENTES DE PASTORAL


Próximamente el día martes 8 de junio, la zona 6, será anfitriona de la siguientes reunión de agentes de pastoral. Es un momento de reflexión donde los laicos fieles de las parroquias de nuestra Diócesis, en común con sus sacerdotes y el Obispo Diocesano, se ponen de acuerdo en temas de formación. Te invitamos a participar.

Comienzo 8:00 am, en el CLUB SUTRALUM
Frente a la Iglesi La Sagrada Familia
Almuerzo compartido
Término 4 pm

RELIQUIAS DE DON BOSCO VISITA NUESTRA DIÓCESIS


visita también www.visitadonboscovenezuela.com

En Puerto Ordaz - san Felix, llegará el día viernes 11 de junio a las 11 am al aeropuerto de Ciudad Guayana, procedente desde Puerto Ayacucho, luego en caravana que pasará desde Av Guayana y Paseo Caroní, hasta la construcción de la Catedral. Luego se dirigirá a la Iglesia Don Bosco y se realizará una Santa Misa a las 6 pm, luego una misa concelebrada el sábado 12 de junio, a las 9 am.
En la Basílica de María Auxiliadora de Valdocco (Turín) será presentada y bendecida el próximo 25 de abril la urna que contiene una reliquia de Don Bosco que recorrerá las distintas naciones del mundo en las que se encuentran presentes los Salesianos, "como preparación a la celebración del bicentenario del nacimiento de Don Bosco que se celebrará en el 2015".

Según precisa la nota de prensa, la peregrinación de la reliquia, que atravesará los cinco continentes, "es una iniciativa deseada por el mismo Rector Mayor de los Salesianos, don Pascual Chávez Villanueva". La presentación y la bendición se realizarán tras una Eucaristía que presidirá el Padre Pascual Chávez.

Al término de la ceremonia, la urna iniciará su peregrinación por el mundo, comenzando por las ciudades de Lazio y luego seguirá a América Latina.

La primera etapa internacional de la peregrinación "se llevará a cabo en la región salesiana América Cono sur y atravesará Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil".

La reliquia de Don Bosco estará en América hasta el 2010; en Asia desde noviembre del 2010 hasta noviembre del 2011; en África-Madagascar, desde diciembre del 2011 hasta agosto del 2012; en Europa desde mayo del 2012 hasta agosto del 2013; y finalmente concluirá su itinerario en Italia desde septiembre del 2013 hasta enero del 2014.

Asimismo, explica la nota, "la urna ha sido realizada en aluminio, bronce y cristal. La base representa un puente sostenido por cuatro pilares sobre los cuales han sido grabadas las fechas relacionadas con el bicentenario: 1815-2015. Los pilares laterales están decorados con baldosas cuadrangulares que representan rostros de jóvenes de los cinco continentes".

En el interior de la urna ha sido colocada una estatua de Don Bosco similar a la que se encuentra en la urna conservada en la Basílica de María Auxiliadora, indica la nota

Monseñor Baltazar Porras escribe sobre el padre Esteban



http://www.elinformador.com.ve/noticias/opinion/columnas/esteban-wood/16129
El asesinato del padre Esteban, sacerdote norteamericano párroco en Puerto Ordaz, nos pone ante la espeluznante realidad que vivimos. La muerte ronda como león rugiente sobre la cabeza de todos los que habitamos una tierra que fue "de gracia", convertida en estercolero de odios y violencia.
Las muestras de cariño y reclamos de justicia y paz son la mejor prueba de la estima que gozaba el padre Esteban: por su bondad, entrega, su rostro bonachón que hizo tanto bien y dejó obras materiales e intangibles por todos los lugares donde ejerció su ministerio pastoral: Caracas, San Fernando y Puerto Ordaz. Contrasta con los que se ceban en sacar escándalos y se conforman con que este asesinato figure en las páginas de sucesos.
Cuando se siembran vientos no se recogen, sino tempestades. Consignas de muerte, monumentos y exaltación de figuras con prontuario de guerra y homicidios, desdibuja cualquier motivación social válida. ¿Marulanda, el Che Guevara, Zamora son el mejor espejo donde se tiene que retratar la juventud venezolana? ¿Grafitis como el de La Piedrita con la Virgen de Coromoto, el Niño Jesús y el Nazareno con un fusil en las manos, son las imágenes ante las cuales queremos rezar?
¿Las muertes cotidianas en las cárceles, los números rojos de asesinatos que tiñen los diarios, las bandas de desadaptados que hacen del hampa, el secuestro, la vacuna, su modus vivendi ordinario; los grupos provocadores que se sienten apoyados por el poder y agreden sin ton ni son a sus supuestos enemigos; los mensajes de guerra y de militarismo a ultranza; los poderes públicos al servicio del Gobierno y no en la defensa de la gente, son el escenario deseado para la paz y la convivencia de los venezolanos? El P. Esteban estuvo en Tovar en diciembre pasado. Vino a bautizar un hijo de Johan Santana. Fue el reconocimiento de nuestro pitcher estelar a quien le tendió la mano generosa cuando incursionó por vez primera en el norte. Esa fue la constante de este servidor bueno y fiel. Que tu mano derecha no sepa lo que hace la izquierda. Desparramó virtud y amor a borbotones. Del padre Esteban podemos decir como oración la descripción que un antiguo texto hace del cristiano: "aman a todos y todos los persiguen. Se los condena sin conocerlos. Se les da muerte, y con ello reciben la vida. Son pobres, y enriquecen a muchos; carecen de todo y abundan en todo. Hacen el bien y son castigados como malhechores". Que su muerte nos haga trabajar con mayor razón por la vida plena. Que en paz descanse.
Baltazar E. Porras Cardozo

miércoles, 5 de mayo de 2010

Clero de Ciudad Guayana unido a su Obispo


Este martes 4 de mayo, hemos disfrutado de una excelente reunión del Clero de la Diócesis de Ciudad Guayana, con su Obispo Monseñor Mariano Parra Sandoval. Una nutrida participación del clero secular junto al religioso, pidamos a Dios nos mantenga así y oremos por las vocaciones sacerdotales.

Proyecto casa parroquial de San Pedro y San Pablo


En el Guamo, terreno de la Iglesia de San Pedro y San Pablo, ha comenzado la construcción de la casa parroquial. Felicitamos a la comunidad por esta obra

domingo, 2 de mayo de 2010

Ultimo Adiós al Padre Esteban




Guayaneses le dan el último adiós al padre Esteban
*** “Han sido miles las personas que han pasado por esta parroquia para despedir los restos de nuestro hermano”.
Pastoral de Medios de Comunicación de la Diócesis de Ciudad Guayana
En un ambiente de oración, cantos, lágrimas, sollozos y mucho dolor, la comunidad católica guayanesa despidió al padre Esteban Wood en la parroquia Sagrada Familia de Unare II, con una Eucaristía presidida por Mons. Mariano Parra, obispo de Ciudad Guayana, y apoyada por la mayoría de los diáconos y sacerdotes de la diócesis.
Finalizada la misa, se abrió un espacio para que algunas personas compartieran con la comunidad mensajes dedicados al padre Estaban. En primer lugar, se leyó fragmento de entrevista realizada al éste, en el marco del año sacerdotal, donde se destacó que de sus 43 años de sacerdocio 28 los vivió en nuestro país.
“Quiero profundamente y para siempre al pueblo venezolano, quiero entregar mis últimos años a Venezuela, quiero morir y ser enterrado en esta tierra” solía repetir, por ello a su memoria exaltaban estas palabras, a la vez que recordaban su personalidad, su trabajo por la comunidad, su trato con todos, sus virtudes y sus consejos.
“Era un ser especial, diferente, un sacerdote lleno de amor, inteligente, comprensivo y carismático, con un gusto especial por la tecnología –medio que utilizaba para evangelizar- que dejó huella en este mundo, que cambió muchas vidas para bien”, recordaba una representante de la parroquia a todos los presentes.
Finalmente, monseñor realizó el procedimiento acostumbrado y los sacerdotes presentes procedieron a llevar el ataúd hasta el carro fúnebre. Una vez en el cementerio, todos sus amigos, hermanos en la fe, dolientes y comunidad, en general, le dieron un hasta siempre al padre Estaban.
El Clero habla
Horas antes del entierro, Mons. Mariano Parra junto a algunos sacerdotes y diáconos de la diócesis, en representación del clero guayacitano, ofrecieron una rueda de prensa para expresar su profundo dolor y sentimiento por el vil asesinato del presbítero Esteban Wood.
“Ningún homicidio tiene justificación, pero es aún más reprobable el crimen contra un servidor y pastor de la comunidad, que había abandonado su tierra, su familia y la posibilidad de una vida más tranquila, a sus 68 años, para llevar el evangelio y el amor de Cristo a los más necesitados”, expresó monseñor Parra.
Asimismo, enfatizó que “según los resultados de la autopsia y las investigaciones policiales, el crimen fue cometido por más de una persona y que el motivo del mismo fue robo, ya que faltaban varios objetos personales y dinero de la parroquia”.
También aprovechó la ocasión para agradecerle a la comunidad de Guayana y otras partes de Venezuela el cariño mostrado al padre Esteban, “han sido miles las personas que han pasado por esta parroquia para despedir los restos de nuestro hermano y de todas partes nos han llegado y siguen llegando muestras de dolor y condolencia. Amor con amor se paga y Esteban amó intensamente a sus feligreses ofreciéndoles lo mejor que tenía: su vida”.
De igual forma, el obispo agradeció a los Medios de Comunicación por su cobertura y al CICPC por la profesionalidad con la que están tratando este homicidio que ha conmocionado a la ciudad y le exigen que investiguen hasta el final para que no se quede impune este crimen.
Cero violencia
Finalmente, monseñor aprovechó el espacio para solidarizarse con todas las familias que lloran un ser querido arrebatado por la violencia; “cada día matan a dos guayaneses, cada media hora un venezolano ¡No podemos permitir que esto siga ocurriendo! Por ello convocamos a la comunidad guayanesa a que se unan a la Caminata por la Vida y la Familia el próximo 8 de mayo a las 8 am”.
Ésta caminata partirá del semáforo del Rosario (Vía Upata) hasta la Plaza Bolívar, en el centro de San Félix y estará presidida por las mujeres que han sufrido en carne propia la violencia: viudas, hermanas y huérfanas; asimismo, piden a todos a vestir de morado como símbolo de lucha no violenta y esperanza.

Rueda de prensa Mons Mariano Parra


DIÓCESIS DE CIUDAD GUAYANA

COMUNICADO DE PRENSA
1º de Mayo de 2010

EL OBISPO DE CIUDAD GUAYANA, MONS. MARIANO JOSÉ PARRA SANDOVAL
Y TODOS LOS SACERDOTES DE LA DIÓCESIS
COMUNICAN AL PUEBLO GUAYACITANO Y VENEZOLANO EN GENERAL

1.-Nuestro más profundo dolor y sentimiento por el vil asesinato de nuestro compañero presbítero, el P. Esteban Wood. Ningún homicidio tiene justificación, pero es todavía más reprobable el crimen contra un servidor y pastor de la comunidad, como lo era el P. Esteban, el cual había abandonado su tierra, su familia y la posibilidad de una vida más tranquila a sus 68 años para llevar el Evangelio y el Amor de Cristo a los más necesitados. Sirva este acto como homenaje y recuerdo entrañable de sus compañeros sacerdotes y de su Obispo, que le apreciábamos profundamente por sus grandes valores y entrega.

2º.-Nos unimos al dolor de su familia y de toda la comunidad de Unare y de Guayana en general que sigue muy consternada e indignada por este horrendo crimen. Han sido miles, decenas de miles, las personas que han pasado por la Parroquia de la Sagrada Familia para despedir los restos de nuestro hermano Esteban. De todas las partes de l mundo han llegado (y siguen llegando) muestras de dolor y condolencia. Es una manifestación de solidaridad como pocas veces se ha visto en nuestra ciudad. Por ello, queremos agradecer a toda la comunidad parroquial y a todos los sectores de Unare y de Guayana el cariño mostrado para con el P. Esteban Wood. Amor con amor se paga y él amó intensamente a sus feligreses, ofreciéndoles lo mejor que tenía: su vida entera.
También queremos agradecer a los Medios de Comunicación su colaboración, agradecimiento extensivo al CICPC por la profesionalidad con la que están tratando este homicidio que ha conmocionado a la ciudad.

3º.-Tanto era el amor del P. Esteban por su comunidad y por la Diócesis de Ciudad Guayana que su última voluntad fue que le enterrasen e esta tierra guayanesa, con su gente. Y que el poquito dinero que ahorró en su vida quedase íntegro para la Parroquia Sagrada Familia de Unare. Y así se hará. Vivió pobre y murió pobre, como su Señor
Jesucristo.

4º.- Sabemos que el P. Esteban sigue vivo, no sólo en el recuerdo como se suele decir, sino vivo realmente porque se alma ha ido al encuentro con el Padre Bueno, llevada sobre los hombros de Cristo, el Buen Pastor, que nos prometió que “el que crea en Mí aunque muera vivirá para siempre” (Juan 11, 25). Esta esperanza nos lleva a pedir a todos que amemos profundamente, incluso a nuestros enemigos, incluso a los asesinos del P. Esteban.
Decimos “asesinos” porque según los resultados de la autopsia y de las investigaciones policiales podemos asegurar que este crimen fue cometido por más de una persona. Y que el motivo del mismo fue el robo, ya que faltaron varios objetos y dinero de la Parroquia.

5º.- El amor y el perdón a todos, incluyendo a los enemigos, es la única salida para superar esta situación de violencia que está acabando con nuestro pueblo. Ese mismo amor exige también la justicia y la reparación para no seguir perpetuando el mal. Por eso, exigimos a las autoridades competentes que se investigue hasta el final y no se deje impune este crimen, como lamentablemente ocurre con la gran mayoría de los homicidios cometidos en nuestra patria.

6º.- El Obispo y los Sacerdotes de la Diócesis de Ciudad Guayana se solidarizan también con todas las familias que lloran a sus seres queridos arrebatados de su lado por al violencia. En 2009 fueron asesinados 16.047 venezolanos. Cada día matan a dos guayaneses, cada media hora a un venezolano. ¡Basta ya! ¡No podemos permitir que esto siga ocurriendo! Como Obispo y curas de este pueblo estamos decididos a encabezar la respuesta pacífica y evangélica que todos debemos dar a la violencia y a quienes la practican o alientan.

7º.- Por eso, convocamos a toda la comunidad guayanesa a que se una a la Caminata por la Vida y por la Familia que la Diócesis ha organizado para el próximo sábado 8 de mayo. Comenzará a las 8 de la mañana desde el semáforo de la Vía del Rosario (en la Vía a Upata) y recorrerá la Avenida Manuel Carlos Piar, pasando por el mercado de El Gallo hasta la Plaza Bolívar de San Félix en donde concluirá con la Santa Misa en la Iglesia Parroquial de María Inmaculada. La Caminata estará presidida por las mujeres que han sufrido en carne propia la violencia: viudas, huérfanas, esposas… E invitamos a todos a vestir de morado como símbolo de lucha no violenta y de esperanza.

Les reiteramos a todos nuestro más profundo agradecimiento porque sabemos que todo el cariño y solidaridad que la sociedad está manifestando por el P. Esteban está también dirigido hacia sus sacerdotes en general.
El pueblo ama a sus sacerdotes y esta es una muestra palpable de ello.