domingo, 2 de mayo de 2010

Ultimo Adiós al Padre Esteban




Guayaneses le dan el último adiós al padre Esteban
*** “Han sido miles las personas que han pasado por esta parroquia para despedir los restos de nuestro hermano”.
Pastoral de Medios de Comunicación de la Diócesis de Ciudad Guayana
En un ambiente de oración, cantos, lágrimas, sollozos y mucho dolor, la comunidad católica guayanesa despidió al padre Esteban Wood en la parroquia Sagrada Familia de Unare II, con una Eucaristía presidida por Mons. Mariano Parra, obispo de Ciudad Guayana, y apoyada por la mayoría de los diáconos y sacerdotes de la diócesis.
Finalizada la misa, se abrió un espacio para que algunas personas compartieran con la comunidad mensajes dedicados al padre Estaban. En primer lugar, se leyó fragmento de entrevista realizada al éste, en el marco del año sacerdotal, donde se destacó que de sus 43 años de sacerdocio 28 los vivió en nuestro país.
“Quiero profundamente y para siempre al pueblo venezolano, quiero entregar mis últimos años a Venezuela, quiero morir y ser enterrado en esta tierra” solía repetir, por ello a su memoria exaltaban estas palabras, a la vez que recordaban su personalidad, su trabajo por la comunidad, su trato con todos, sus virtudes y sus consejos.
“Era un ser especial, diferente, un sacerdote lleno de amor, inteligente, comprensivo y carismático, con un gusto especial por la tecnología –medio que utilizaba para evangelizar- que dejó huella en este mundo, que cambió muchas vidas para bien”, recordaba una representante de la parroquia a todos los presentes.
Finalmente, monseñor realizó el procedimiento acostumbrado y los sacerdotes presentes procedieron a llevar el ataúd hasta el carro fúnebre. Una vez en el cementerio, todos sus amigos, hermanos en la fe, dolientes y comunidad, en general, le dieron un hasta siempre al padre Estaban.
El Clero habla
Horas antes del entierro, Mons. Mariano Parra junto a algunos sacerdotes y diáconos de la diócesis, en representación del clero guayacitano, ofrecieron una rueda de prensa para expresar su profundo dolor y sentimiento por el vil asesinato del presbítero Esteban Wood.
“Ningún homicidio tiene justificación, pero es aún más reprobable el crimen contra un servidor y pastor de la comunidad, que había abandonado su tierra, su familia y la posibilidad de una vida más tranquila, a sus 68 años, para llevar el evangelio y el amor de Cristo a los más necesitados”, expresó monseñor Parra.
Asimismo, enfatizó que “según los resultados de la autopsia y las investigaciones policiales, el crimen fue cometido por más de una persona y que el motivo del mismo fue robo, ya que faltaban varios objetos personales y dinero de la parroquia”.
También aprovechó la ocasión para agradecerle a la comunidad de Guayana y otras partes de Venezuela el cariño mostrado al padre Esteban, “han sido miles las personas que han pasado por esta parroquia para despedir los restos de nuestro hermano y de todas partes nos han llegado y siguen llegando muestras de dolor y condolencia. Amor con amor se paga y Esteban amó intensamente a sus feligreses ofreciéndoles lo mejor que tenía: su vida”.
De igual forma, el obispo agradeció a los Medios de Comunicación por su cobertura y al CICPC por la profesionalidad con la que están tratando este homicidio que ha conmocionado a la ciudad y le exigen que investiguen hasta el final para que no se quede impune este crimen.
Cero violencia
Finalmente, monseñor aprovechó el espacio para solidarizarse con todas las familias que lloran un ser querido arrebatado por la violencia; “cada día matan a dos guayaneses, cada media hora un venezolano ¡No podemos permitir que esto siga ocurriendo! Por ello convocamos a la comunidad guayanesa a que se unan a la Caminata por la Vida y la Familia el próximo 8 de mayo a las 8 am”.
Ésta caminata partirá del semáforo del Rosario (Vía Upata) hasta la Plaza Bolívar, en el centro de San Félix y estará presidida por las mujeres que han sufrido en carne propia la violencia: viudas, hermanas y huérfanas; asimismo, piden a todos a vestir de morado como símbolo de lucha no violenta y esperanza.

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